Me siento humillada, juzgada y demonizada.
No me gusta usar el término "indignada" que es el que realmente me
define, porque está muy manido últimamente y hay quien ya lo interpreta
despectivamente y te cataloga políticamente.
Hay profes maravillosos preocupados por
sus alumnos, trabajando en proyectos
colaborativos, buscando nuevas ideas para mejorar la educación como PurposedES (#purposedES) o mediante el movimientoE3 (#movimientoE3), que dedicamos muchas
horas de nuestras vidas a probar cosas nuevas y a compartirlas. Yo no pierdo la
ilusión por cambiar el sistema educativo, que es obsoleto (ved el interesante
vídeo de Ken
Robinson. Pero luego, que perdéis el hilo y es largo), hace mucho que no
funciona, degenera y está en crisis. Peleo todos los días por hacer cosas
nuevas en mi propio aula con muchas, muchas horas de dedicación detrás. Me
encanta innovar todos los años, necesito experimentar para obtener lo mejor de
mis alumnos, sacar la ilusión, que no saben que tienen, por aprender…
Me frustran este tipo de acciones políticas
improvisadas (al estilo ZP) y con argumentos demagógicos y difamatorios para
justificarlas. Estoy segura de que
recortando profesores en la escuela, no es la manera de avanzar hacia una
educación mejor y unos mejores ciudadanos, ni salir de la crisis. Y ¡acusarnos
de vagos, difamarnos y hacer que la sociedad (entre la que se encuentran esos
niños y adolescentes a los que luego debemos pedir respeto para poder dar
clase) se nos eche encima!, tampoco es la manera.
Por eso me enfado y me frustro, cuando veo
una y otra vez los argumentos de todos. Que si por dos horas, que con las
vacaciones que tenemos, que nos pagan de sus impuestos, que nos quejamos aunque
somos unos privilegiados… a más de uno quisiera yo verle en nuestros pellejos y
con nuestro sueldo.
No,¡no son dos horas! ¡Qué esos 5000
profesores, desde el año pasado, de los que prescinde la educación madrileña NO
estaban en un despacho trabajando! ¡TODOS tenían alumnos en sus clases! ¡Qué la
calidad de la enseñanza redunda en nuestros niños, adolescentes luego y adultos
después! ¡Qué la desigualdad cultural sólo puede generar malestar y problemas sociales,
pero no desarrollo! Que, ¡claro que entiendo que hay que reducir gastos! Pero de
educación pública ¡no! Todos tenemos en la cabeza muchas ideas, que nadie se
atreve a poner en práctica porque se enemistaría con los de su clase (la
política) como renuncias a sueldos, publicidad política, diputaciones…
¿Qué se opinaba de nosotros (de mí) mientras
las cosas iban bien? ¡Pobre pringada! estudiar una carrera para eso… (Sé de
algún compañero que hasta le di pena cuando me vio en mi instituto, después de
haberme conocido en un departamento de marketing de una multinacional años
atrás. No dijo nada, pero su expresión y su interés por si estaba contenta con
mi trabajo, sí. Tanto, que a los pocos días me llamó para ofrecerme ir a una
entrevista en otra multinacional).
Estoy contenta con mi trabajo, pude haber
decidido reducir jornada y cobrar menos en la privada o pude, como así hice,
para conciliar mi vida familiar y profesional, estudiar una oposición mientras
trabajaba 11 horas al día (a veces fines de semana cuando había alguna feria) y
con un niño de un año. Cierto es que trabajo menos horas presenciales que
cuando trabajaba en marketing, antes 25 y ahora 27 más las que te quedas para
terminar asuntos varios: pasar faltas al sistema, las incidencias por alumno, enviar
cartas a padres con éstas, usar la aplicación de FCT, comentar sobre cada uno
cuando ves a otros profes… ¡pero no cobro ni la mitad de lo que cobraría ahora
si aún estuviera allí! Gracias a Dios una parte de mi jornada la hago en mi
casa y a la hora que quiero. Una gran parte de mi trabajo lo realizo por las
tardes, después de recoger a mis hijos, y por las noches después de haberles
acostado, a veces de madrugada y muchos fines de semana. Pero ¿es que los que
teletrabajan no lo hacen por estar en su
casa?
Entre otras cosas y para todos aquellos
que nos acusan de tener muchas vacaciones, les aclararé que nosotros cobramos
un mes de sueldo menos que cualquier funcionario de nuestra misma categoría,
porque el mes de julio es sin sueldo, aunque nos repartan el total entre los 12
meses. Yo invito a quien quiera que se coja un mes sin sueldo (podrá elegir
cual, nosotros no) y así tendrá más vacaciones. Yo no me quejo, ni fui a la
huelga cuando me bajaron el sueldo, entendí que la situación económica era ésa
(¡que ya me subirán el sueldo cuando vaya todo bien ¿no?… ¡ja!). Y no me quejo
porque yo me busqué un trabajo con esas condiciones: buen horario (que no
quiere decir que no trabaje), un sueldo acorde a ello y una estabilidad. ¿Acaso
echamos en cara a los que solicitan una reducción de su jornada en la empresa
privada porque trabajan menos? No,
porque les reducen el sueldo consecuentemente. A mí también.
Por lo demás, parece que tengo que
justificar al mundo (ahora, que estamos en crisis) en qué consiste mi trabajo.
Porque "alguienes" han corrido el rumor de que trabajamos 18 horas hasta
el año pasado, ahora 20, y el resto del tiempo nos rascamos la barriga. Así que
merecido tenemos que nos bajaran el sueldo. ¡Qué digo! ¡Qué más nos lo deberían
de bajar! ¿No? porque trabajando 18 horas es una vergüenza. Yo creo que
vergüenza les debería dar a toda esa gente por juzgarnos sin saber, cuando
antes nos ignoraban, menospreciaban o sentían lástima tal y como estaba el
patio educativo, los alumnos y la falta de respeto.
La envidia es muy mala y cuando a alguien
no le van bien las cosas, o teme por ello, disfruta viendo como los demás
pueden estar peor. Les produce regocijo.
Ahora resulta que todo el mundo se mata a
trabajar, cobrando más (aclaro antes de herir sensibilidades, ya sé que hay
mucha gente que cobra menos, pero yo ahora me estoy comparando a todos esos
nacidos en los setenta, como yo, que tienen estudios universitarios y llevan
más de 15 años trabajando), mientras nosotros, unos vagos absolutos vemos como
el mundo se hunde sin querer hacer nada por salvarlo.
Se nos juzga porque estamos “poco” tiempo
de cara al público (nuestros alumnos), cuando cualquiera debiera saber que una
hora frente a 35 adolescentes desmotivados –que te juzgan, que estar a ver en
qué renuncio te pillan, que conocen muy bien sus derechos pero nadie les ha
hablado de obligaciones y responsabilidad, que esperan que les diviertas, que
no quieren trabajar sino que les des las cosas hechas, que no les gusta que
hagas tu trabajo y si pueden te lo impiden, que te escuchan pero no prestan
atención– nada tiene que ver con una hora de trabajo en una oficina. Aparte de
esas horas de "cara" a los alumnos, como cualquier comercial (por
poner otro empleo como ejemplo) se hacen otras cosas de "oficina", además
de tener que preparar clases, aprender de forma autodidacta lo que no está en
ninguna parte sobre tecnología o avances en tu campo e enseñanza. (No me
voy a explayar en todo lo que hacemos, que ya hay muchos post que lo explican
por ahí divinamente).
Y los que me acusan porque me pagan el
sueldo de sus impuestos, me planteo si de lo que tienen que preocuparse es del
dinero que se gasta en educación o de todo el “otro” dinero presupuestario. Con
la mano en el corazón ¿de verdad creéis que es ahí por donde deben empezar? Hay
que controlar el gasto y gastar eficientemente, yo quiero que la educación pública
mejore, funcione y sea un pilar de nuestro desarrollo.
Y el manido comentario para halagarme:
"es que no todos trabajan lo que tú" (que me lo dicen porque me
conocen y así parece que no me atacan a mí, sino al colectivo de
profesores, los otros) pues me fastidia igualmente. ¡Claro que hay profesores
asentados en su poltrona que no quieren trabajar más que lo justo!, que pasan
de innovar porque les supone un esfuerzo extra y que viven quejándose de lo mal
que está la educación, los adolescentes, la falta de respeto de estos y su poca
motivación e interés por aprender. ¡Claro que los hay! ¡Cómo mucho inútil en las
empresas privadas!. No habré visto jefes impresentables y gente que no soy capaz
de explicarme cómo han llegado a un puesto directivo. ¿Quién no ha tenido
compañeros que sueltan el bolígrafo en cuanto es su hora y que si te pueden
pasar el marrón a ti, pues mejor? ¿Quién
no ha ido a un restaurante y se ha encontrado con un camarero que parece que te
debe la vida o a un comercial que no recuerda qué es una sonrisa? ¡Pues como en
todos los lados! ¡Y ya me quejo yo de eso desde hace tiempo! Pero en nuestro
caso, de repente, la sociedad tiene claro que los profesores somos TODOS (menos
yo, que me dicen mis amigos) unos vagos.
Ey!,,, no olvidéis ver el de Ken Robinson
¡Chapeau! No se puede decir mejor y más claro. Me sumo a cada una de tus palabras, me sumo a tu indignación y... me callo lo demás, que no es lugar para palabras malsonantes. Un abrazo. Carmen
ResponderEliminarEs lo que pensamos "casi" todos y pongo casi porque de todo hay en la viña del señor... Hago mías las palabras de Carmen y os doy todo el ánimo del mundo para seguir creyendo que la educación, con mayúsculas, es posible, a pesar de tanto incompetente que nos manda que trabajemos en competencias... Un fuerte Abrazo , Miguel
ResponderEliminarABSOLUTAMENTE DE ACUERDO. No tengo hijos, lo sabes, pero tengo sobrinos. Pero aunque no los tuviera... Me preocupa el desarrollo de las personas. Y sé bien que es la educación la mejor de las armas para que una sociedad se desarrolle, crezca, sea libre y tenga poder de decisión. Está claro que en la Comunidad de Madrid también lo saben, y saben que controlarla es la mejor manera de manipular. YA BASTA.
ResponderEliminarEfectivamente, todo el mundo se queja de todo con la excusa de "es que hay unos cuantos que...". Eso es RIDÍCULO. ¿Acaso no hay gente muy válida también haciendo bien su trabajo? ¡Pues apóyalos!!! ¿A qué esperas?? Si quieres que las cosas que no te gustan cambien y hay gente dispuesta a cambiarlas ¿por qué les cierras la puerta? ¿porque hay cuatro gatos que no te gustan? Es un razonamiento absurdo de todo punto. Tenéis TODO mi apoyo, Laura. Todo. Gracias por pelearlo, es por el bien de todos...
Como ya dije en Twitter, no puedo estar más de acuerdo ;D
ResponderEliminarCreo en la escuela pública de calidad, creo en mis alumnos y en sus capacidades manifiestas y en las ocultas, creo en mis compañeros docentes y en la maravillosa labor de guiar los aprendizajes, pero también en acompañar otros desarrollos personales que tenemos el privilegio de presenciar (quizás el único privilegio que le reconozco a nuestra profesión). El privilegio de ser testigos del crecimiento de PERSONAS...
Además, soy madre de 2 niños que van a un cole público: mi apoyo a la escuela pública es como madre y como profesora. Como ciudadana. Y me siento aludida por cada descalificación y cada calumnia que, desde la Consejería de Educación (y también de otros personajes políticos afines, así como muchos medios de comunicación masivos) se ha promovido hacia el colectivo de profesores de la pública.
Siento que es mi deber estar hoy, 7 de septiembre a las 18 hs en la calle Alcalá 32, con mi camiseta verde y mi dignidad intacta, rugiendo con todos los compañeros, madres, padres, alumnos, familias, bomberos (que también apoyan) y demás ciudadanos conscientes de que la educación no es un gasto, sino una inversión de futuro.
Un abrazo, compañera!
Ante ti me descubro. Has conseguido sintetizar un sentimiento de muchos compañeros y compañeras.
ResponderEliminarEl video de Sir Ken Robinson ya lo conocía, pero el de School One no y me ha hecho reflexionar un buen rato... ¿Podremos algun día ser tan flexibles en nuestro sistema?
Aunque sea con retraso lo cuelgo en twitter
Enhorabuena Laura.
ResponderEliminarHas conseguido escribir justo, lo que yo pensaba !!
Muy bueno Laura, es tal cual. Gracias por escribirlo
ResponderEliminar¡Gracias a todos! Entre todos podemos convencer de que la verdad está de nuestro lado...
ResponderEliminarBueno, yo trabajo en la concertada, de forma que algunas de las cosas que comentas no las vivo, pero sí otras (casi todas) y un poco más (jornada lectiva de 25 horas, laboral de 30 sin contar lo de casa, control anual de un sistema de Calidad, visita semana de control de la inspectora y un 20% de sueldo menos), pero firmo casi todo lo que dices, especialmente el desprecio social que tiene nuestro trabajo.
ResponderEliminarUn saludo.
Estoy completamente de acuerdo,Laura.La ignorancia es muy atrevida,y la gente habla sin saber,y si lo acompaña la envidia....ya sabes,no??
ResponderEliminarMucho ánimo a todos los profesores!!
Por una educación pública de calidad!!
Bs
Gracias por tu apoyo Negrevernis! estoy segura de que lo vuestro no es mejor, claro que no. Pero tenemos mucho en común. Y debemos de pensar en la EDUCACIÓN con mayúsculas! estamos todos en el mismo barco...
ResponderEliminarGarcias Inma! gracias por tu ánimo... se han hecho muy duras las primeras semanas... Todo el día dando explicaciones al mundo, para aclarar las mentiras gordas de Esperanza y Figar...
ResponderEliminarTodos deseamos una educación de calidad para todos, es denigrante que crean que sólo pensamos en nuestros intereses particulares. No es cierto...